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sábado, 26 de diciembre de 2015

LO QUE SIGNIFICASTE Y LO QUE APRENDÍ DE TI 


No sé en qué momento comencé a perderte, ni tampoco cómo ha ido sucediendo… Lo único que siento es tu ausencia y este revuelo de sentimientos.

Quizás no es que te haya perdido, sino que mis sentimientos se han alejado por circunstancias que aun todavía estoy intentado llegar a comprender y a descifrar…
¿Sabes?, cuando pierdes a alguien o desconectas de una persona, se torna en tu interior un vacío inaguantable si consideras que, tan solo por el hecho de ser ella, es auténtica e incomparable. Eso me pasa contigo…

Una distancia de meses nos separó, y esos días comenzaron a ser un cuento breve que he leído y leería por más de mil veces.

“Es casi ley, los amores eternos son los más breves.”
-Mario Benedetti-

Si me alejo de ti es por tu bien, sé que me quieres, pero no quiero tener que ser una preocupación más o dolor de cabeza constante.

Aquí entre nos aprovechó para confesarte que aunque sé que estas  son solo palabras quisiera hacerte saber de este modo que tú has sido una de las pocas personas a las que de verdad he querido y considerado como a nadie, en lo sentimental obviamente sabes que fuiste la primera persona que pudo ganarse la llave con la cual pudo abrir las puertas de un corazón lleno de misterio y dulzura pero que lamentablemente estaba cerrado ante el amor porque si actuaba con frialdad era porque la utilizaba como mi mecanismo de defensa.

Ud no lo sabe pero me han quedado tantas cosas por hacer, tantas cosas sin decirte… Pero es que cuando te tengo delante se me hace un nudo en la garganta y mis palabras juegan a esconderse, pues te he fallado, no he podido continuar.

Parece que mi parada se ha adelantado, en contra de lo que imaginábamos…

Antes de conocerte no sabía qué podía llegar a querer a alguien de tal forma que lo mejor sea dejar ir a esa persona que significa tanto para ti, para no hacerle daño.
Lo cierto es que no me arrepiento de nada de lo que hemos hecho hasta ahora. De nada de lo hecho, ni de lo dicho (bueno la excepción es cuando he dicho cosas que no debía,que solo eran un freno constante entre nosotros y que lo único que causaban era inseguridad), ni de lo sentido pues te quise y te querré aunque todo acabe en mi corazón te guardare y estoy segura que en mi vejez si llego a ella con una sonrisa en el rostro te recordare (definitivamente todo esto es algo de lo que no me arrepiento porque más aya de todo me hacia un infinito bien estar a tu lado y algo que no sabes es que con tan solo una mirada,un abrazo podía sentir tu calidez que me hacia tanto bien). 
Está historia que contigo he vivido no la cambio por nada quiza fueron pocos o mucho momentos únicos claro depende ce como lo quieres ver , he sentido cosas extraordinarias y hemos hecho juntos cosas irrepetibles.
Nunca a nadie había querido de forma más sincera como a ti. Nunca nadie me había enseñado que el amor, así como llega de la forma menos esperada también se construye entre dos y que lo importante de la vida, es entregarte a aquello que haces, rendirte a la evidencia de los hechos y fluir con ellos… y que las oportunidades solo están cuando salimos a buscarlas…
Una vez más, me gustaría agradecerte por todo tu compañía, todo lo que me has enseñado y hemos aprendido y descubierto juntos.
Porque si de algo estoy segura, es que tú me has hecho mejor persona. Me refiero a que gracias a ti comencé a descubrirme y a contactar de otra manera conmigo. Y eso, tiene un valor incalculable.
Quizás nunca te lo dije…
A pesar del tiempo que ha transcurrido no he dejado de recordar que por un instante fuiste la persona en la que pude confiar, me recordaste que podía reír, que podía llorar y que podía sentir, me hiciste ver que debía ser yo sin importar lo que piensen los demás.

Abriste mis ojos a un mundo que hasta ese momento sólo veía bajo los parámetros de otras personas, un mundo que habían dibujado para mí, pero con el que yo no tenía nada que ver. Sin pensar en lo que quieren otras personas, que si abrimos los ojos y nos fijamos bien, veremos muchas cosas y a muchas personas que a veces no vemos.
Me enseñaste , lo que es la risa, lo que es un abrazo fuerte y lento, lo que significa que alguien me aprecie de verdad.

Me has enseñado a saber lo que quiero y lo que deseo y sobre todo lo que no quiero.


Aprendí de ti a tener la certeza de que debemos vivir la vida que queramos, lamentablemente solo es algo que  aprendí porque aún no lo puedo aplicar por completo a mi vida.

Te escribí mil cuentos, que dibujamos con el material que sostenía nuestros sueños, acortamos la distancia que nos separaba mientras continuábamos hablando y riendo.

Las cosas que nunca te dije son esas que ni siquiera yo puedo explicártelas con palabras. Las cosas de los sentimientos, las cosas del amor, el cariño y la nostalgia, esas que se sienten desde lo más adentro…
Te recuerdo y te digo todo aquello que quizás no te dije, pero que sabías y respetabas.
No ha habido día en el que no he agradecido el poder conocerte y que de repente reaparecieras en mi camino y conocerte más a fondo.
Porque aunque ya no seamos los mismos, eres la persona más importante que he conocido, la más sincera y auténtica… me lo decían tus ojos.

Tú y yo, Aprendimos que el amor más que un sentimiento puede llegar a ser algo inexplicable que se siente como una explosión interna que te lleva a descubrir la esencia de la persona que sabe mirarte a los ojos y hablarte con ellos a través del silencio.

Hablábamos el mismo lenguaje durante muchos días, hasta que yo comencé a no entenderlo… Por eso te digo, lo siento…


Pero también te digo que digo que sigas, que sigas siendo como eres, desde los pies a tus sentimientos. Y que ames con esa sencillez que te caracteriza, tan pura. Sabes algo que es cierto es que no quiero y  no pienso olvidarte. Formas parte de mí. De mi historia, de mi vida y de mi persona.

En mi hay un trocito de ti y supongo que en ti, otro poquito mío.
Quizás, no sigamos el camino juntos, pero ha sido todo tan sano y tan autentico, tan sincero y bondadoso, que sigues siendo alguien importante en mi vida. Mi punto de inflexión.

Y aunque esta sea una carta de despedida, yo no lo considero, porque no quiero hacerlo y porque creo que decirte adiós para mí es algo imposible.Seguirás ahí, aquí dentro y de otras muchas formas, porque cuando conoces a alguien y te deja entrar en su vida, a pesar de todo, es imposible borrar su rastro.

Fuimos un cuento breve que leeré mil veces
Ahora ya sé que no vamos a estar juntos al menos en este momento, desconozco lo que sucederá en el futuro, si encontraremos un lugar y un momento común para abrazarnos de nuevo y que nuestras miradas se entiendan sin decir una sola palabra.
Puede que escribamos otro cuento y nos atrevamos a reescribir una historia que no terminó, puede que todo se acabe aquí porque así debe ser y porque deben ocurrir otras cosas que desconocemos, solo el tiempo nos susurrará nuestro cuento.

Si te veo, siempre recordaré el relato de nuestros esos pocos días en los que pudimos pasar tiempo juntos, recordaré lo que nos dijimos y lo que nunca fuimos capaces de decir.


Cuanto amor me llevo, cuanto amor me has dado.
Cuanto amor envuelto dentro de esta carta…




domingo, 20 de diciembre de 2015

Empatía: hoy quiero aprender a entenderte

La empatía es algo que muchas personas tienen desde siempre, pero otras es necesario que la adquieran. Empatizar significa que sabemos por qué nuestro interlocutor actúa de determinada manera. Sabemos entenderlo.

Esto no quiere decir que estemos de acuerdo con la persona que tenemos enfrente, simplemente sabemos leer en ella por qué actúa de esa manera, ahondando mucho más allá de lo estrictamente aparente.

“La capacidad de colocarse en el lugar del otro es una de las funciones más importantes de la inteligencia. Demuestra el grado de madurez del ser humano”
-A. Cury-
 
La empatía no solo nos ayudará en nuestras relaciones con los demás, sino que también nos ayudará a nosotros mismos. Empieza a practicarla desde hoy mismo.
Si ya eres empático deberás aprender a potenciar la empatía, ya que así lograrás aprovecharla al máximo. Si te cuesta mucho empatizar con los demás, es el momento de poner en práctica el ejercicio de ponerse en el lugar del otro.Esto no es fácil, pero tampoco es imposible. Para empezar a empatizar tan solo debemos empezar a observar. Dejar de lado nuestro yo, nuestra perspectiva, y empezar a situarnos detrás de los ojos de las demás personas.
Para algunas personas esto ya les sale de forma natural, pero para otros es algo muy difícil de hacer. Con el tiempo y la práctica lo lograrás. Mientras… ¿quieres saber cómo potenciar la empatía?
 
-La observación es uno de los pasos importantes de la empatía, sobre todo la observación de la conducta no verbal. Las personas pueden estar diciendo una cosa, pero su lenguaje no verbal expresa otra totalmente diferente. Analiza los gestos y movimientos de nuestro interlocutor, porque ello reflejará los sentimientos y las emociones más profundas.
-La escucha también es algo muy importante, tanto la escucha de la conducta verbal como la no verbal. Mucho más importante que hablar será escuchar a nuestro interlocutor. Gracias a esta escucha activa y a la observación, lograremos situarnos y comprender a la persona que está en frente de nosotros.
- La comprensión será el último paso para potenciar la empatía, ya que observando y escuchando podemos darnos cuenta de que entendemos por lo que está pasando la otra persona, pero no lo compartimos. No compartir una actitud no implica que debamos juzgarla, sino entenderla, abrir nuestra mente y permitirla entrar. Respetar esa actitud y entenderla aunque no la compartamos.

- Empatía es ser capaz de sumergirse en el mundo emocional del otro… sin ahogarse en él
 

La Comprensión favorecerá la empatía

 

Nunca lograremos empatizar si no podemos respetar ni comprender reacciones y actitudes ajenas. Nunca debemos juzgar nada porque a lo mejor es el día de mañana cuando tú hagas eso mismo que estás criticando.

Abrir tu mente y comprender aquello que no compartes, te permitirá aprender más sobre las relaciones personales y favorecerá que empatices mejor con los demás.

Para poder empatizar con los demás, tanto si ya lo tenemos de forma natural, como si estamos forzándonos a poder empatizar debemos tener en cuenta algunas cuestiones:

-Mira a tu interlocutor con interés.
-Controlaremos nuestras emociones y si algo nos produce rechazo no lo mostraremos.
-Transmitimos a la otra persona que la entendemos.
-Profundizaremos en la información de nuestro interlocutor.
-Mostraremos nuestro apoyo.

Todo esto favorecerá que comprendas a la otra persona y que esta logre sentirse bien y acompañada. Igualmente, esto es algo que tú reclamas cuando necesitas ser comprendido, alguien que pueda y sepa empatizar contigo.

“Las personas duras, poco flexibles, arrogantes, impositivas… suelen tener muchas dificultades para ser empáticas, para entender lo que les pasa a las personas que están a su alrededor. Han perdido su capacidad de observación, y con ello la capacidad de comprensión”
-Mª Jesús Álava Reyes-

A veces nos resulta muy difícil poder empatizar con los demás. Esto ocurre cuando el dolor y la decepción hacen acto de presencia. Estas emociones negativas son mucho más fuertes que la sensibilidad, por eso perdemos la perspectiva, la empatía queda relegada.

Se puede aprender a empatizar, pero hace falta esfuerzo y poner en práctica la observación, la escucha activa y la comprensión. ¿Quieres aprender a comprender a los demás? ¿Quieres saber hoy cómo entender diversos actos? Esto te enriquecerá a ti y también enriquecerá con respecto a tus relaciones interpersonales.

No interiorices las ofensas de los demás, sonríe y sigue adelante


Estamos hechos en una gran parte de lo que los demás dejan en nosotros: de lo que permitimos que se pose en nuestro interior y de lo que decidimos que no tiene que estar más tiempo que lo que ocupó de tiempo de reloj.
Nos enseñan a defendernos, también a amar, pero a veces se olvidan de inculcarnos el sabio placer de ignorar. Es por ello que en ocasiones nos movemos en parámetros peligrosos y absolutistas: fue malo o bueno, desastroso o maravilloso…cruel o bondadoso.
Esta forma de analizar la realidad nos juega muy malas pasadas porque saber tolerar la ambigüedad de lo que pasa en nuestras vidas es el primer paso para fluir y que el mundo no se vuelva una lucha constante y agotadora. Los demás no están constantemente pensando en quiénes somos y cómo nos sentimos. Cada uno está ocupado en su lucha que a veces no es la nuestra.
Es por ello que nos debemos dar una oportunidad de vivir más ligeros y apasionados en el presente. No interiorices las ofensas de los demás: sonríe y sigue adelante. Date un respiro a ti mismo y una lección a los demás.



No interiorizar es saber vivir

No interiorizar todo lo que nos pasa es mirar como un espectador lo qué quizás no seamos capaces de tolerar como único y sufrido protagonista. El mundo está envuelto en batallas y tenemos que ser inteligentes en elegir cuál es la nuestra y cuál es la de los demás… solo manteniendo tu espíritu limpio puedes ayudar en algo al resto.
Pero si somos capaces de saber retirar la mano a tiempo cuando existe riesgo de quemarnos… ¿Por qué entregas a veces tu mente y alma a las llamas del resentimiento y de la ofensa?, ¿por qué no asumir que sentirnos ofendidos y dolidos es normal, y en cambio seguir instalados ahí es peligroso?

No interiorizar es dejar de ser susceptibles para ser inteligentes

No interiorizar las ofensas no te convierte en un ser insensible, frío o cruel. Es simplemente no dar placer y gusto a aquellas personas que en realidad, quisieron lastimarnos y darnos a nosotros mismos la capacidad de olvidar lo que en nuestro interior es solo un estorbo.
No interiorizar las ofensas es dotar a nuestro cerebro de mayor avidez y prevención para futuras situaciones desagradables… y dotar a nuestra alma de fortaleza y determinación para poder enfrentarlas.En ocasiones, vemos esto como algo imposible. Dramatizar forma parte de nuestra vida porque mucha gente a nuestro alrededor lo hace. Parece que las grandes historias solo están llenas de lamentos y que las personas que a veces nos tildan como exitosas están siempre en tensión y atacando a otras. Que si no nos enfrentamos es señal de debilidad, cuando en realidad es señal de avidez y madurez emocional.
 

Distingue a quién quiere ayudarte de quién solo quiere dañarte

 
Las trampas mentales que a veces nosotros nos infligimos a nosotros mismos son mucho más crueles y perniciosas que todas las ofensas, agresiones y humillaciones que los demás nos hacen o intentan hacernos.Hemos convertido el arma más distintiva de los seres humanos en una especie de perpetuador de la angustia y la confusión: el lenguaje verbal, las palabras… a veces son utilizadas como un diálogo destructivo interno, que como una capacidad para simplificar nuestra comunicación con los demás.
Las interpretaciones de lo que otros nos han hecho o dicho son infinitamente más duraderas que el tiempo real que se posaron en nuestra vida. “Tanta palabrería interna” nos aleja de la objetividad acerca de la realidad.Por ejemplo, muchas veces aseguramos “Me han juzgado muchas veces”, “Me han mirado mal”, “Me han corregido continuamente en mi trabajo”; sin hacer un ejercicio de diferenciación y proporcionalidad.De todas las personas que nos causaron daño… ¿Cuántas estaban realmente haciéndoselo a ellas mismas?, ¿significan algo hoy en nuestra vida?, ¿realmente nos han impedido totalmente que podamos cumplir nuestros sueños?
Si respondes esas preguntas te darás cuenta de que en la mayoría de las ocasiones has interiorizado tanto esa ofensa (quizás tu excesivo ego lo ha propiciado), que has multiplicado por mil el daño real que te causaron.
Deja de hacer aprecio a lo que un día causó tu desprecio. Saca conclusiones generales, analiza en qué fallaste en todas esas ocasiones y en qué fallaron los demás, qué guardan en común todas esas personas para que te doliese tanto su ofensa.
A veces, ese análisis arroja los ambientes que debes evitar… y en otras ocasiones, qué debes de mejorar de ti mismo para que seas tú y no lo negativo que te rodea lo que habita en tu interior. Uno no puede dar nada nuevo y bueno, si todo lo que tiene dentro es viejo y está resentido.


Dime cómo hablas y te diré cómo eres (8 tipos de personalidad)

Es bien sabido que nuestra personalidad influye de forma directa en la forma de comunicarnos. Dado que somos animales de tendencias, es preciso que conozcamos las opciones más comunes para saber cómo actuar con cada tipo de persona.

Así, resulta verdaderamente útil e interesante saber cómo nos podemos comportar ante comunicadores tóxicos que solo quieren discutir o que siempre pretenden llevar la razón. Como ya veremos a continuación, la paciencia, la asertividad y la empatía son aspectos comunes que siempre debemos mantener.
 

Tipos de personalidad

1. El indeciso

Suelen tener muchas dudas y ser inseguros, de modo que requieren mucha atención y dedicación para que nos interpreten de forma correcta. Son personas que buscan tener muchas opciones a la hora de actuar para evitar el arrepentimiento. Por ejemplo, comparan muchos productos en el supermercado antes de decidirse a comprarlo.
Puede ser complicado relacionarnos con ellos. No es adecuado imponer un punto de vista adecuado o mostrar excesiva seguridad, pues se aferrarán a esto y frenarán su desarrollo. Lo mejor es fomentar la tranquilidad y confianza con palabras que favorezcan la cooperación, la empatía y la escucha.
Hay que evitar hacerle sentir un bicho raro por su indecisión. No debemos ser muy concretos ni desgranar en exceso el comentario que queramos hacer, puesto que es probable que se centre en aspectos que no son demasiado relevantes.

2. El silencioso

Este tipo de personas no nos ofrecen información sobre sus emociones, ni positivas ni negativas. Se lo guardan para ellos, al igual que gran parte de sus opiniones. Suelen reflexionar mucho sobre la situación en la que está, nos observan y analizan cuáles son nuestras características principales.
La actitud que más facilitará nuestra relación con ellos es una disposición empática y amable. La mejor forma de que perciban que nos interesamos por ellos y se sientan cómodos es que hagamos preguntas cerradas, es decir, que favorezcan respuestas de Sí o No.
El hecho de que sean personas que hablan poco o nada, nos puede hacer pensar que no nos escuchan y, por ello, favorecer que elevemos la voz. Esto resulta bastante incómodo y debemos evitarlo. Además, si se animan a hacer algún comentario es mejor que no les interrumpamos.

 

3. El egocéntrico

Se trata de una persona que cree que sabe de todo y que nos hace creer que tiene una opinión firme y fundada sobre cualquier tema del que hablemos. Se muestra superior, no acepta consejos e intenta controlar siempre la situación.
Se trata de un tipo de personalidad tóxica para sí mismo en primer lugar. Solo le agradan los elogios y en todo momento hace alusión a sus grandes conocimientos sobre lo que se esté hablando en la conversación, menospreciando lo que los demás dicen.
A la hora de relacionarnos con ellos y no morir en el intento, debemos de ser muy objetivos y concretos, probando nuestros conocimientos con información veraz. Es clave que nos mostremos asertivos, empáticos y en actitud de escucha para facilitar una buena interacción.
Si consideramos que es superior a nuestras fuerzas, debemos de retirarnos de forma sutil sin cerrar la puerta del todo. Evitaremos interrumpir de forma radical una conversación, discutir o mostrar impaciencia o desconocimiento.

 

4. El reflexivo

Este tipo de personas tienden a buscar gran cantidad de información sobre un tema tratado. A la hora de relacionarnos con ellos es necesario que seamos pacientes y aportemos la información de la que dispongamos de forma objetiva y completa.
Es importante que les dejemos pensar y nos adaptemos a su ritmo si queremos tener una comunicación fluida. Debemos evitar las prisas, pues son malas consejeras y es inadecuado que les obliguemos a decantarse por una u otra opción, les forcemos a hablar o les pongamos nerviosos.

5. El conversador

A este tipo de personas les gusta hablar de cualquier cosa, da igual el tema tratado en el inicio. Puede saltar de una conversación a otra de forma constante, por lo que requieren que les prestemos atención constante.
Siempre se interesan y tienen en cuenta lo que los demás tienen que decir. Por eso, a la hora de relacionarnos con ellos, es importante que seamos concretos y vayamos por puntos. Es necesario procurar que el entusiasmo no decaiga y no debemos mostrarnos cansados o abatidos.

6. El discutidor

Estamos otra vez ante un tipo de personalidad que puede ahogarnos. Este tipo de personas, en su afán por contrastar y discutir sobre todo, puede resultarnos pesada, hacernos dudar o responsabilizarnos.
Ante estas personas nos envuelve una nube tóxica con aires de superioridad y de grandeza que puede poner límite a nuestra paciencia.
Es importante que nos mantengamos firmes y aportemos datos que refuercen nuestras opiniones para que éstas no sean engullidas por su ego. No es conveniente que entremos a discusiones o mostremos debilidad, así como tampoco es adecuado dejarse impresionar por sarcasmos o críticas personales.

7. El tímido

Las personas reservadas no suelen mirar a los ojos y ponen grandes distancias entre ellos y los demás. La postura que mantienen suele ser encorvada y sugieren inseguridad. Les cuesta mucho preguntar por miedo a hacer el rídiculo y sentirse temorosos o ansiosos.
Podemos aumentar la seguridad de estas personas aportando y reforzando lo positivo, dando consejos y ofreciendo ayuda para que la persona se sienta cómoda y liberada.
Es clave que el contexto sea tranquilo y favorezca el contacto visual progresivo, así como una comunicación no verbal que no invada la intimidad del otro. No es aconsejable la mirada fija, pues implica cierto reto que perjudicará que esta persona se abra ante nosotros.

8. El incrédulo

De nuevo nos topamos con personas que vampirizan la comunicación. Mantienen una actitud defensiva constante, maximizan lo negativo y minimizan lo positivo.
Suelen estar predispuestos a no cambiar de opinión, por lo que no tienen interés en discutir y tienden a hacer alusión a un intento de manipulación por parte de su interlocutor.
Es importante que seamos muy objetivos a la hora de hablarles para no darles opción de que nos malinterpreten. Dada su tendencia de hacer una montaña con un grano de arena, seremos cautelosos, asertivos, empáticos y seguros.
La paciencia es la madre de la ciencia, por lo que manifestaremos tranquilidad y no les dejaremos solos, pues de hacerlo reforzaría su idea sobre la falta de atención.
 

¿Qué dicen tus rasgos faciales sobre tu personalidad? 


Existe una disciplina que se ocupa de investigar la relación que hay entre los rasgos del rostro y los aspectos psicológicos de una persona y se llama morfopsicología.
Esta ciencia se encarga de estudiar el carácter, la forma de pensar, las actitudes, las capacidades y la personalidad de una persona a través de los rasgos de su cara y de los elementos que la componen.
Para lograr esto, el rostro humano puede dividirse en tres áreas y la predominancia de una u otra pueden indicar el temperamento y el modo de ser de quien se observa. La zona más desarrollada nos puede ayudar a descubrir si la persona es más cerebral, sentimental o intuitiva.

Los tipos de persona y sus características clave


Si se trata de una persona cerebral, tendrá más marcada la región de la frente, las cejas y los ojos y su característica será ser pensante y reflexiva. Si es sentimental, resaltará más la zona de las mejillas, pómulos y nariz.
Será una persona empática, emocional y con una predisposición a cuidar de los demás. Por último, sabremos si es intuitiva y se deja llevar por sus impulsos si sobresale la mandíbula, la boca y el mentón.
Otros aspectos importantes de conocer son el marco y los receptores. El primero indica cómo está formado el rostro: es la forma del mismo y según su amplitud nos da la pauta de la energía y vitalidad de esa persona. En relación con esto, están los receptores que son los ojos, nariz y boca y que, de acuerdo a las dimensiones, se podrá saber dónde se gasta más o menos energía.
El tono se relaciona con la firmeza del rostro y también con el grado de vitalidad de la persona.
El modelado es un aspecto que va a variar de acuerdo al grado de socialización de la persona, de su adaptación al entorno y de la facilidad que tenga para las relaciones interpersonales.

¿Para qué se usa la morfopsicología?

Es muy utilizado en el ámbito empresarial, de relaciones humanas y de contacto social. Se la aplica en la selección de personal para tener una idea aproximada acerca del carácter, personalidad y características emocionales y psicológicas de quien se está evaluando.
En el campo de la psicología se utiliza para comprender mejor algunas personalidades y para tener algunos conocimientos extras antes de realizar un diagnóstico. Es usado también por docentes, trabajadores sociales, investigadores, etc para poder anticiparse y conocer posibles aspectos y reacciones de las personas con las que se vinculan.
Al ser una pseudociencia, sus predicciones no son exactas y solo están basadas en una observación sistemática de varios casos que hacen arribar a conclusiones que luego se aplican para generalizar. Si bien es bastante acertada la morfopsicología en sus estudios, tampoco podemos afirmar sin margen de error, que una persona es de una manera por poseer un determinado rasgo físico.

Las Claves del lenguaje corporal

1. Gestos de la cara

El rostro es la lupa de las emociones, de ahí que se diga que la cara es el reflejo del alma. Pero como en cualquier interpretación del lenguaje no verbal debes ir con cuidado al evaluar los gestos de la cara por separado, ya que normalmente forman parte de un estado emocional global y pueden dar lugar a muchas interpretaciones.

Cuando un niño ve algo que no le gusta se tapa los ojos en un intento de hacer que eso desaparezca de su realidad, o corre a taparse la boca después de decir una mentira. Aunque en los adultos la magnitud es mucho menor, en cierta medida sigue existiendo este comportamiento primitivo. Por eso en la cara se pueden detectar muchos intentos inconscientes de bloquear lo que se dice, oye o ve.
En general, cuando alguien se lleva las manos a la cara suele ser producto de algún pensamiento negativo como inseguridad o desconfianza. Aquí tienes algunos ejemplos concretos.

Taparse o tocarse la boca: si se hace mientras se habla puede significar un intento de ocultar algo. Si se realiza mientras se escucha puede ser la señal de que esa persona cree que se le está ocultando algo.
Tocarse la oreja: es la representación inconsciente del deseo de bloquear las palabras que se oyen. Si tu interlocutor lo realiza mientras hablas puede significar que desea que dejes de hablar.
Tocarse la nariz: puede indicar que alguien está mintiendo. Cuando mientes se liberan catecolaminas, unas sustancias que inflaman el tejido interno de la nariz y pueden provocar picor. También ocurre cuando alguien se enfada o se molesta.
Frotarse un ojo: es un intento de bloquear lo que se ve para no tener que mirar a la cara a la persona a la que se miente. Cuidado con la gente que se toca mucho la nariz y se frota los ojos cuando habla contigo 😉
Rascarse el cuello: señal de incertidumbre o de duda con lo que uno mismo está diciendo.
Llevarse un dedo o algo a la boca: significa inseguridad o necesidad de tranquilizarse, en una expresión inconsciente de volver a la seguridad de la madre.

2. Posiciones de la cabeza

Comprender el significado de las distintas posiciones que puede adoptar alguien con la cabeza es muy eficaz para entender su voluntad de gustar, de cooperar o de mostrarse altivo. Normalmente una postura muy exagerada significa que esa persona lo está realizando de forma consciente para influenciarte de cierto modo.

Levantar la cabeza y proyectar la barbilla hacia adelante: un signo que pretende comunicar expresamente agresividad y poder.
Asentir con la cabeza: se trata de un gesto de sumisión contagioso que puede transmitir sensaciones positivas. Comunica interés y acuerdo, pero si se hace varias veces muy rápido puede comunicar que ya se ha escuchado bastante.
Ladear la cabeza: es una señal de sumisión al dejar expuesta la garganta. En el caso de las mujeres suele usarse para mostrar interés por un hombre, pero si lo realizas al escuchar mientras asientes, lograrás aumentar la confianza de tu interlocutor hacia ti.
Apoyar la cara sobre las manos: se expone la cara habitualmente con el objetivo de “presentársela” al interlocutor. Por lo tanto demuestra atracción por la otra persona.
Apoyar la barbilla sobre la mano: si la palma de la mano está cerrada es señal de evaluación. Si la palma de la mano está abierta puede significar aburrimiento o pérdida de interés.

3. Mirada

La comunicación mediante la mirada tiene mucho que ver con la dilatación o contracción de la pupila, la cual reacciona enormemente a los estados internos que experimentas. Por eso los ojos claros suelen ser más atractivos que los oscuros al mostrar de forma más evidente emociones positivas que implican la dilatación de la pupila.

Cuando hablas sueles mantener contacto visual entre un 40 y un 60% del tiempo. Eso es debido a que tu cerebro está ocupado intentando acceder a la información (la PNL postula que según el tipo de información que estés intentando recuperar mirarás arriba a la izquierda, arriba a la derecha, o hacia abajo).

En ciertas situaciones sociales o laborales esa falta de contacto visual puede interpretarse como nerviosismo o timidez, por lo que si haces una pausa antes de responder ganarás el tiempo necesario para acceder a la información. Mirar directamente a los ojos cuando haces una petición también es útil para aumentar tu capacidad de persuasión (lee el estudio completo aquí).

Variación del tamaño de las pupilas: la presencia de pupilas dilatadas suele significar que se está viendo algo que gusta, mientras que las pupilas contraídas expresan hostilidad. Las neuronas espejo son también responsables de que nuestras pupilas adopten la misma expresión que nuestro interlocutor. Son variaciones muy sutiles que a menudo quedan enmascaradas por los cambios ambientales en la intensidad de la luz.
Levantar las cejas: es un saludo social que implica ausencia de miedo y agrado. Hazlo frente personas a las que quieras gustar.
Bajar la cabeza y levantar la vista: en mujeres es una postura que denota sumisión y sensualidad para atraer a los hombres. Cantidad de fotos de perfil de mujeres en sitios de citas online son tomas desde arriba que además permiten mostrar el escote. En los hombres es al revés: tomas inferiores para parecer más alto y dominante.
Mantener la mirada: en el caso de las mujeres establecer contacto visual durante 2 o 3 segundos para después desviar la mirada hacia abajo puede ser un indicador de interés sexual.
Pestañear repetitivamente: es otra forma de intentar bloquear la visión de la persona que tienes enfrente, ya sea por aburrimiento o desconfianza.
Mirar hacia los lados: otra manera de expresar aburrimiento, porque de forma inconsciente estás buscando vías de escape.

4. Sonrisa

La sonrisa es fuente inagotable de significados y emociones. Tienes un artículo entero sobre todos los beneficios de sonreír así como lo que es posible comunicar con ella. Además, gracias a las neuronas espejo, sonreír es un acto tremendamente contagioso capaz de provocar emociones muy positivas en los demás.

En realidad es posible distinguir varios tipos de sonrisa:

La sonrisa natural (o sonrisa de Duchenne) es la que produce arrugas junto a los ojos, eleva las mejillas y desciende levemente las cejas.
En una sonrisa falsa el lado izquierdo de la boca suele elevarse más debido a que la parte del cerebro más especializada en las emociones está en el hemisferio derecho, el cual controla principalmente la parte izquierda del cuerpo.
Una sonrisa tensa, con los labios apretados, denota que esa persona no desea compartir sus emociones contigo y es una clara señal de rechazo.

La función biológica de la sonrisa es la de crear un vínculo social favoreciendo la confianza y eliminando cualquier sensación de amenaza. Sonreír también expresa sumisión, por eso las personas que quieren aparentar poder apenas sonríen y las mujeres que desean incrementar su credibilidad, especialmente entre hombres, lo hacen menos.
 
5. Posición de los brazos

Los brazos, junto a las manos, presentan una gran movilidad y sirven de apoyo a la mayoría de movimientos que realizas. También permiten defender las zonas más vulnerables de tu cuerpo en situaciones de inseguridad percibida.

La propiocepción establece que la vía de comunicación entre el cuerpo y la mente es recíproca. Es decir que si experimentas una determinada emoción tu cuerpo la reflejará, pero también ocurre al revés: si tu cuerpo adopta una posición en concreto, tu mente empezará a experimentar la emoción asociada. Esto es especialmente importante en el cruce de brazos.

El lenguaje corporal del cruce de brazos

Hay mucha gente que argumente que se cruza de brazos porque se siente más cómoda. Pero los gestos se perciben como naturales cuando están alineados con la actitud de la persona, y la ciencia ya ha demostrado que cruzar los brazos predispone a una actitud crítica y alejada, por muy confortable que sea el gesto. Fíjate que cuando te lo estás pasando bien con amigos no cruzas los brazos.

Cruzar los brazos: muestra desacuerdo y rechazo. Evita hacerlo a no ser que precisamente quieras enviar este mensaje a los demás. Las mujeres suelen hacerlo en presencia de hombres que les parecen demasiado agresivos o poco atractivos.
Cruzar un solo brazo por delante para sujetar el otro brazo: denota falta de confianza en uno mismo al necesitar sentirse abrazado.
Brazos cruzados con pulgares hacia arriba: postura defensiva pero que a la vez quiere transmitir orgullo.
Unir las manos por delante de los genitales: en los hombres proporciona sensación de seguridad en situaciones en que se experimenta vulnerabilidad.
Unir las manos por detrás de la espalda: demuestra confianza y ausencia de miedo al dejar expuestos puntos débiles como el estómago, garganta y entrepierna. Puede ser útil adoptar esta postura en situaciones de inseguridad para intentar ganar confianza.

En general, cruzarse de brazos significa que esa persona está experimentando inseguridad e intenta protegerse. Existen multitud de variaciones que consiguen el mismo efecto como ajustarse el reloj, situar el maletín delante del cuerpo, o sujetar un bolso con las dos manos enfrente del pecho.
 
6. Gestos con las manos

Las manos, juntamente con los brazos, son una de las partes más móviles del cuerpo y por lo tanto ofrecen un enorme registro de posibilidades de comunicación no verbal, siendo útiles para señalar ciertas partes del cuerpo con el objetivo de mostrar autoridad o sexualidad.

También sirven para apoyar los mensajes verbales y darles mayor fuerza. Existe una parte del cerebro llamada el área de Broca que está implicada en el proceso del habla. Pero se ha visto que también se activa al mover las manos. Esto significa que el acto de gestualizar está literalmente ligado al habla, así que hacerlo mientras te expresas puede mejorar tu capacidad verbal. Muy útil en personas con bloqueos al hablar en público.

El acto de reforzar gestualmente una frase ayuda a que te lleguen antes a la mente las palabras a usar y también es capaz de hacer que tu mensaje sea mucho más persuasivo y comprensible, tal y como quedó demostrado en este estudio. En él se determinó que los gestos más eficaces son los que están alineados con el significado verbal, como señalar hacia atrás al referirse al pasado.

Mostrar la palma abierta: expresa sinceridad y honestidad, mientras que cerrar el puño muestra lo contrario.
Manos en los bolsillos: denota pasotismo y desimplicación en la conversación o situación.
Enfatizar algo con la mano: cuando alguien ofrece dos puntos de vista con las manos, normalmente el que más le gusta lo refuerza con la mano dominante y la palma hacia arriba.
Entrelazar los dedos de ambas manos: transmite una actitud reprimida, ansiosa o negativa. Si tu interlocutor adopta esta postura, rómpela dándole algo para que tenga que sujetarlo.
Puntas de los dedos unidas: expresa confianza y seguridad, pero puede llegar a confundirse con arrogancia. Muy útil para detectar si los rivales tienen buenas manos al jugar al póquer.
Sujetar la otra mano por la espalda: es un intento de controlarse a uno mismo, por lo tanto expresa frustración o un intento de disimular el nerviosismo.
Mostrar los pulgares por fuera de los bolsillos: en los hombres representa un intento de demostrar confianza y autoridad frente mujeres que les atraen, o agresividad en una situación conflictiva.
Ocultar sólo los pulgares dentro de los bolsillos: es una postura que enmarca y destaca la zona genital, por lo tanto es una actitud sexualmente abierta que realizan los hombres para mostrar ausencia de miedo o interés sexual por una mujer.
Llevarse las manos a las caderas: indica una actitud sutilmente agresiva, ya que quiere aumentar la presencia física. Muchos hombres la usan tanto para establecer superioridad en su círculo social como para aparentar mayor masculinidad en presencia de mujeres que les atraen. Cuanto más se exponga el pecho mayor agresividad subcomunicará.

7. Posición de las piernas

Las piernas juegan un papel muy interesante en el lenguaje corporal. Al estar más alejadas del sistema nervioso central (el cerebro), nuestra mente racional tiene menos control sobre ellas y les permite expresar sentimientos internos con mayor libertad. Cuanto más lejos del cerebro esté una parte del cuerpo, menor control tienes sobre lo que está haciendo.

En general el ser humano está programado para acercarse a lo que quiere y alejarse de lo que no desea. La forma como alguien posiciona sus piernas puede proporcionarte algunas de las pistas más valiosas sobre la comunicación no verbal en la medida en que sabrás hacia donde quiere ir.

El pie adelantado: el pie más avanzado casi siempre apunta hacia donde querrías ir. En una situación social con varias personas también apunta hacia la persona que consideras más interesante o atractiva. Si quieres que alguien de forma emocional sienta que le estás dando toda tu atención, asegúrate de que tus pies están encarados hacia él. De la misma manera, cuando tu interlocutor apunta con sus pies hacia la puerta en lugar de hacia ti es una señal bastante evidente de que quiere terminar la conversación.
Piernas cruzadas: actitud defensiva o cerrada, protege los genitales y en el caso de las mujeres subcomunica cierto rechazo sexual. Una persona sentada con brazos y piernas cruzados es alguien que se ha retirado totalmente de la conversación. Incluso los investigadores Allan y Barbara Pease realizaron un estudio que demostró que las personas recordaban menos detalles de una conferencia si la escuchaban con los brazos y piernas cruzados.
Sentado con una pierna elevada apoyada en la otra: típicamente masculina, revela una postura competitiva o preparada para discutir; sería la versión sentada de exhibición de la entrepierna.
Piernas muy separadas: es un gesto básicamente masculino que quiere transmitir dominancia y territorialidad.
Sentada con las piernas enroscadas: en mujeres denota cierta timidez e introversión.
Sentada con una pierna encima de la otra en paralelo: en las mujeres puede interpretarse como cortejo al intentar llamar la atención hacia las piernas, puesto que en esta postura quedan más presionadas y ofrecen un aspecto más juvenil y sensual.

Aprender a detectar incongruencias entre el lenguaje verbal y el corporal te puede resultar muy útil. Lo que el cuerpo comunica suele estar más cerca de la verdad debido a que los humanos no somos capaces de controlar todas las señales que nuestro cuerpo está enviando.

Recuerda que todas estas señales corporales deben interpretarse dentro de un contexto global y con ciertas limitaciones. No saques conclusiones de un único gesto. Alguien podría cruzarse de brazos por estar en desacuerdo o porque sencillamente tiene frío, o realizar cualquier otro tipo de movimiento porque lo ha mecanizado y le ha quitado parte de su significado real.

Te aconsejo que practiques los gestos positivos y abiertos que he descrito aquí para mejorar la confianza en ti mismo y que los demás te perciban de forma más positiva. Y si quieres ampliar información sobre el lenguaje corporal te recomiendo que eches un vistazo al que para mí es el mejor libro hasta la fecha, El Lenguaje Del Cuerpo.